Directora de Milenio: “Por supuesto que la ciencia puede encontrar la solución para el Transantiago”

Virginia Garretón, quien encabeza una de las iniciativas científicas claves en Chile, apunta a la combinación entre la investigación “pura” y la búsqueda de respuestas para las “preguntas país” como fórmula para dar mayor impulso a la ciencia local.

IMG_1044“Nos interesa que los científicos jóvenes, junto a las inquietudes propias de sus investigaciones, aborden también las preguntas país”. Ese es uno de los desafíos que se plantea Virginia Garretón, secretaria ejecutiva desde marzo pasado de la Iniciativa Científica Milenio, una de las entidades claves de este ámbito en el país.
La entidad creada en 1999, busca financiar la ciencia de avanzada en el país, promover la asociatividad científica y fomentar la investigación de frontera.
Organizada de manera descentralizada, Milenio cuenta con 36 centros -9 institutos y 27 “núcleos”- en los que se desarrollan investigaciones en un amplísimo ámbito que va desde astrofísica, biomedicina, neurociencia, oceanografía y matemáticas a las ciencias sociales, la psicología, la economía y las ciencias políticas.
Entre dichos centros se encuentran el Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y el Núcleo Milenio Información y Coordinación en Redes. Los expertos que los integran desarrollan soluciones aplicables a problemas tan concretos como los sistemas de transporte, entre ellos el Transantiago.
“Por supuesto que encontrar una fórmula para que el Transantiago funcione mejor puede ser un trabajo científico. Eso es seguro”, plantea Garretón.
De hecho, indica, un modelo en este ámbito desarrollado por dicho centro ya es aplicado en Canadá para el modelamiento del transporte.
El Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (Midap), en tanto, desarrolla entre sus líneas de investigación el impacto terapias para combatir la depresión, el evaluar cómo este problema afecta a la personalidad, y el desarrollo de herramientas para capacitar rápidamente a las matronas en la prevención de la depresión postparto, entre otros avances.
En el Instituto de Inmunología e Inmunoterapia, asimismo, se investigan nuevas vacunas contra virus y terapias para el cáncer, así como un innovador estudio sobre la falta de vitamina D en la población de Magallanes.
Así, sin descuidar la ciencia “dura”, orientada exclusivamente al desarrollo del conocimiento, Milenio apunta a avanzar “en generar actividades que apoyen la transferencia de conocimientos” en áreas como el emprendimiento y la solución de problemas país, señala.
“Bolsa” de proyectos
En este plano, el ICM comenzó un estudio piloto, en conjunto con el Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID), en el que se seleccionará a cinco exponentes con formación inicial en ciencias y que luego se dedicaron a otras áreas distintas, como el desarrollo de nuevos negocios o el arte.
“Irán como equipo a observar centros de Milenio que elegimos. Cuál es el objetivo: que vean y escuchen lo que hacen, con ojos de emprendedores, para rescatar lo que los científicos ni siquiera saben que puede ser aprovechable”, explica.
“La idea es armar una ‘bolsa’ de posibles proyectos y hacer una priorización en función de a cuáles de ellas les falta menos para llegar a un usuario final, u otras que pueden tener un impacto potencial muy grande”, agrega.
Al mismo tiempo, Milenio prepara la realización de encuentros de científicos jóvenes encuadrados en la iniciativa. En ellos, investigadores especializados en distintos ámbitos trabajarán en grupo “para responder alguna pregunta de interés país”, revela.
Ello apunta a generar “la experiencia de trabajar en equipo con personas de otras áreas para responder inquietudes que no están acostumbrados a responder” de manera individual y desde la disciplina de cada cual. “Es un primer ensayo: veremos qué resulta”, confía.
Estimular inversión
Garretón coincide con los análisis que señalan que el principal problema que enfrenta Chile para impulsar la ciencia con marca registrada nacional es la baja inversión en este ámbito.
“Comparados con Argentina, por ejemplo, nuestro país tiene un PIB per cápita alrededor de 50% mayor, pero ellos invierten 0,64% de su PIB en ciencia y tecnología, mientras Chile destina 0,35%. En dinero, la inversión trasandina es cuatro veces mayor”, explica.
“Mi sensación es que no hay conciencia de lo poco que se invierte en ciencia en Chile”, advierte.
Traslado a Conicyt y Ministerio de Ciencia
Sobre la decisión adoptada por el Gobierno de trasladar la ICM desde la subsecretaría de Economía, donde se encuadra hoy, para instalarla bajo el alero de la Comisión Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicyt), bajo Educación, la directora ejecutiva de Milenio recuerda que este organismo ya había cambiado de dependencia desde Mideplan a Economía en 2011.
“Dentro de la propuesta de creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología estaba la proposición que cuando se creara esa cartera, toda la institucionalidad de la ciencia estuviera alojada allí”, señaló.
La directiva recalca que el traslado no implica pérdida de recursos para la ciencia ni cambios en acceso a fondos o modificaciones en políticas. “Y por las conversaciones que tenemos con Conicyt tampoco hay ninguna intención de que vaya a cambiar algo en términos de cómo opera Milenio”, insistió.
En este sentido, lo que se está haciendo es sistematizar qué es ICM, “lo que lo caracteriza, y lo interesante es que los científicos han ayudado a eso”, puntualiza.
“Este cambio se propuso porque las autoridades creen que hay que ordenar y generar una política científica para el país. Sería bueno que la comunidad científica y las autoridades nos sentemos a trabajar en una política de largo plazo en este ámbito”, plantea.
Por ello, cree adecuado desarrollar primero la discusión en este ámbito y luego generar la institucionalidad que permita concretar la creación un ministerio de Ciencia.
Nota Original: Felipe de Ruyt, Emol