El proyecto CHACANA (Chilean Allsky Camera Network for Astro-geosciences) es liderado por la geóloga del Instituto Milenio de Astrofísica MAS y del Centro de Astroingeniería UC (AIUC), Millarca Valenzuela, y ya cuenta con las primeras cámaras que funcionarán como prototipo para la creación de una red que permitirá el seguimiento de meteoros que entran a la atmósfera en todo el territorio nacional.

camara ObsElSauce

Cámara ubicada en Observatorio El Sauce

La importancia de recoger meteoritos a sólo días de su ingreso a la Tierra es lo que motivó a la geóloga Millarca Valenzuela, miembro del Instituto Milenio de Astrofísica MAS y del Centro de Astroingeniería UC (AIUC) a crear el primer sistema de seguimiento y observación de meteoros en Chile. CHACANA (Chilean Allsky Camera Network for Astro-geosciences) nace del trabajo interdisciplinario entre Millarca y el astrónomo Leonardo Vanzi, del AIUC, junto con la colaboración de Samuel Ropert, Vincent Suc y Andrés Jordán (también del MAS) especialistas de la empresa OBSTECH.

La red de cámaras CHACANA, instaladas aproximadamente a 100 km. unas de otras, mediante un software de discriminación de imágenes detectará cuando un meteoro entra en la atmósfera, y a través de una triangulación con los datos de cámaras aledañas podrá calcular tanto la órbita de entrada del objeto – correspondiente a diferentes familias de asteroides que cruzan la órbita de la Tierra – como el lugar donde el posible meteorito aterrizó. Ello permitirá organizar una expedición para recuperarlo y con ello estudiarlo con mucha mayor precisión.

“Cuando un meteorito cae a la Tierra, inmediatamente empieza a ser afectado por las condiciones oxidantes de la atmósfera. La reacción con el oxígeno transforma su mineralogía primaria en minerales más estables a las condiciones de la Tierra, principalmente óxidos de hierro. Es por eso que las joyas de la investigación de los meteoritos son justamente los que caen y se recogen de inmediato, porque podemos estudiar procesos que ocurrieron hace millones de años sin la interferencia de estos nuevos minerales terrestres”, explica Millarca.

Aprovechar eso es precisamente el objetivo de CHACANA, red que por ahora cuenta con dos cámaras, una ubicada en el Observatorio el Sauce (en la IV región) y otra eventualmente en Las Campanas. Sin embargo, según Millarca para que la red funcione de manera óptima se debe contar con unas 20 distribuidas en todo el territorio nacional. “Chile es un país ideal para instalar esta red, sobre todo el desierto. En Europa existen muchos de estos proyectos, pero es difícil recuperar el meteorito. Lo que ellos tienen son bases de datos muy grandes de estadísticas sobre el material que entra a la atmósfera. Chile en cambio tiene por el norte el desierto, lo que implica que si cae un meteorito ahí, es difícil que se mueva, lo que hace más fácil su búsqueda. Sin embargo, el objetivo final de CHACANA no es sólo instalar cámaras en el norte, sino en todo Chile”.

Ciencia ciudadana

Aunque CHACANA es aún un prototipo y actualmente se trabaja en el software de discriminación de meteoros – lo que se ha convertido en el mayor desafío del proyecto a causa de que necesita nuevos financiamientos para su implementación- en el futuro se espera que esta red de cámaras tenga variadas aristas e incluso se incluya a la ciudadanía en el proyecto. “La posición que tendrán las cámaras aún no está definida. No obstante, creo que sería fundamental instalarlas en colegios, institutos técnicos, universidades, etc., en todo el país. Que las cámaras se conecten desde estos lugares a una central y se alimenten unas a otras, generando datos que nos permitan aplicar el software y tener una combinación de información para una detección positiva. Creo relevante llevar la ciencia a la comunidad, que se sientan parte de lo que estamos haciendo y así incentivar a jóvenes estudiantes a seguir carreras en ciencia y/o tecnología”, argumenta la geóloga.

Esto no importando la latitud del país: “En Europa y en todos los países donde existen este tipo de redes de detección, las cámaras están ubicadas en latitudes menores que las de Valdivia incluso. Esto no es un impedimento, porque lo significativo de un meteoro es su brillo, que es tan alto que la cobertura de nubes no impide, hasta ciertos límites, su detección”

El trabajo que viene

DeteccionGemini

Imagen de prueba tomada por cámara AllSky prototipo proyecto CHACANA en observatorio Gemini en Septiembre 2016, donde se observa un meteoro en la parte superior.

Luego de la implementación del software, el siguiente paso para CHACANA es comenzar con el registro de eventos y recopilación de información. Según Millarca, la primera etapa es crecer en la acumulación de estadísticas de los objetos que entran a la Tierra, desde este punto del hemisferio sur. Eso para complementar los datos con otras redes, como la de Australia, la única – aparte de CHACANA – que existe en esta parte del mundo hasta el momento, a diferencia del hemisferio norte en que estos proyectos son numerosos.

“Aún nos falta mucho por entender acerca de los meteoritos, por eso es primordial recogerlos muy tempranamente. Todo lo que podamos aprender de ellos, nos ayuda a entender más sobre la formación de los planetas, el origen de la vida y sobre la naturaleza del material que eventualmente podría impactar a la Tierra. Hay un gran porcentaje de estos objetos que aún no conocemos y para hacer simulaciones necesitamos saber qué tipos de materiales y densidades tienen, junto con otra información relevante que nos permitirá hacer modelos y estar un poco mejor preparados”, concluye Millarca.