El Director del  Núcleo Milenio Centro para el estudio de forzantes múltiples sobre sistemas socio-ecológicos marino,Cristian Vargas, fue invitado junto a otros 103 autores de 36 países a evaluar las evidencias científicas relacionadas con el impacto del cambio climático en los ecosistemas marinos, participando en la elaboración del “3er Informe especial sobre Océanos y la Criósfera en un clima en cambio” que fue liberado esta semana.

El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU,  encendió las alarmas por la urgencia que reviste reducir las emanaciones de gases de efecto invernadero y poner en marcha acciones encaminadas a ello. Las evidencias y proyecciones científicas develadas en el material, dan cuenta de las graves consecuencias a las que el mundo se verá enfrentado con el pasar de los años, si esto no se revierte.

El informe destaca la necesidad de actuar y priorizar iniciativas que sean más ambiciosas, oportunas y coordinadas para poder combatir los cambios que están sufriendo los océanos y la criósfera, y que no habían tenido precedentes a la fecha. Las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y presentes han generado un calentamiento global que ya es de 1ºC con respecto al período preindustrial, y este informe devela las consecuencias catastróficas que podría tener para todos los ecosistemas y los seres humanos.

El informe es claro en señalar que “aun cuando los gobiernos se decidan a implementar acciones para reducir las emisiones drásticamente, las consecuencias para las personas y los servicios ecosistémicos que nos provee el océano constituirán un enorme desafío. Por ejemplo, el nivel del mar seguirá subiendo, y para el año 2100 ya se prevé una elevación de cerca de 30 a 60 cm, incluso si reducimos las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de forma drástica”.

También indica que la estabilización del calentamiento global en 1.5 ºC con respecto a los niveles preindustriales implicaría que el hielo en el océano ártico podría desaparecer completamente en ciertas épocas del año, al menos una vez cada 100 años, y que aproximadamente cerca del 25% del permafrost (capa del suelo permanentemente congelado) situado cerca de la superficie se podría deshielar al año 2100 si el calentamiento global se controla a valores incluso muy inferiores a 2ºC.

El cambio en la distribución de las poblaciones de peces, donde especies de áreas tropicales se están empezando a mover hacia más altas latitudes, es otro impacto destacado en el informe.

Cambio Climático en los Océanos

Para Vargas las pruebas más evidentes de los impactos del cambio climático son “el calentamiento de los océanos, el incremento del grado de acidez de sus aguas, la pérdida de oxígeno en el agua de mar y la disminución de la productividad en los océanos”. En ese sentido, detalla, que lo último tiene también implicancias muy importantes, debido a que el fitoplancton es uno de los eslabones basales en las tramas tróficas marinas, y además uno de los responsables de la producción de oxígeno en la Tierra.

Además, “hay evidencias concretas de un incremento en el nivel del mar como resultado del derretimiento de los glaciares y los mantos de hielo, así como de la generación de eventos extremos en las zonas costeras”, indica.

El experto en Acidificación del Océano asegura que, aun cuando se conoce que muchas especies de organismos marinos que viven a lo largo de la costa de Chile, ya están siendo sometidas a condiciones de acidez, producto de las características propias de nuestra costa (descargas de agua dulce y zonas de afloramiento costero), se desconoce completamente el umbral de tolerancia de dichas especies.

“Peor aún, hoy en día sabemos que más que el cambio en las condiciones promedio del océano, el cambio en la variabilidad del pH podría ser la mayor amenaza para los organismos marinos que viven en la costa, y Chile, es un país donde muchas comunidades costeras dependen de la salud de nuestro océano y de los recursos que allí habitan”, enfatiza el investigador.

Otro de los impactos relevantes para nuestras costas según el informe y destacado por Vargas es la intensificación de los vientos a lo largo de la costa durante los últimos 60 años, y la intensificación en la desoxigenación (pérdida de oxígeno) y la acidificación del océano en el Océano Pacífico, tanto en la Corriente de California, como en el Sistema de la Corriente de Humboldt.

“Es extremadamente importante que los gobiernos tomen conciencia de esta crisis climática sin precedentes en la historia de la Tierra, mediante políticas climáticas claras y concisas que permitan una reducción sustancial en la emisión de gases de efecto invernadero, como por ejemplo la descarbonización completa de nuestra matriz energética. De esta forma podríamos, eventualmente, dar cumplimiento al Acuerdo de París, y de esta forma, proteger los océanos, y la perpetuidad de la especie humana sobre la Tierra”, declara.

Experto en Acidificación del Océano

El académico de la Universidad de Concepción, director del Núcleo Milenio MUSELS e Investigador del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), Dr. Cristian Vargas, lleva más de 20 años estudiando los impactos del cambio climático, la acidificación del océano y sus implicancias en el ciclo del carbono y diferentes grupos de organismos marinos.

En este contexto, como contribuyente del informe le correspondió la misión de evaluar la bibliografía científica más reciente sobre los impactos del cambio climático en los océanos, específicamente, a colaborar en el análisis de estos en ecosistemas de altas latitudes, fiordos y estuarios, dada su experiencia en estos temas.

 

El capítulo en el cual ha colaborado el Dr. Vargas se encuentra disponible en: https://report.ipcc.ch/srocc/pdf/SROCC_FinalDraft_Chapter5.pdf

El informe en su formato completo se encuentra disponible en: https://report.ipcc.ch/srocc/pdf/SROCC_FinalDraft_FullReport.pdf

 

Fuente: Dr. Cristian Vargas, Director Núcleo Milenio MUSELS, Investigador Asociado del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) y Camila Cisternas, periodista Núcleo Milenio MUSELS.