Investigadora del Instituto Milenio MIDAP dictó charla que tuvo como objetivo dar a conocer las investigaciones científicas realizadas en el área de convivencia escolar.

En el marco del ciclo de charlas científicas del Colegio Domingo Faustino Sarmiento de la comuna de Puente Alto, Javiera Astudillo, Investigadora Joven de MIDAP, realizó una presentación sobre bullying y ciberbullying a escolares de séptimo y octavo básico.

foto_charla a escolares de Puente Alto

La actividad, coordinada por el PAR Explora RM Sur Oriente de Conicyt, buscaba dar a conocer las investigaciones científicas realizadas en el área de convivencia escolar. Con ese fin, la especialista mezcló elementos audiovisuales y estudios que describen el fenómeno, detallando cómo diferenciarlo de otros hechos de violencia.  “Se estima, según estudios internacionales, que un niño de cada diez es un agresor, y que dos de cada diez son víctimas,” estimaciones que varían según el país e instrumento señaló la psicóloga a su audiencia.

“Para determinar si una situación es bullying tenemos que corroborar ciertos aspectos. Primero, que se dé entre pares, es decir entre estudiantes. Segundo, que la violencia sea intencional y repetitiva. Tercero, que exista una relación asimétrica de poder, donde uno agrede y el otro no responde por miedo. Cuarto, que la víctima no logre salir del círculo de la victimización,” relató la investigadora.

Otro aspecto que abordó fueron las diferencias entre bullying y ciberbullying, señalando cómo las redes sociales han intensificado el fenómeno. “Antes podías evitar a los agresores al cambiar de patio, los fines de semana, etc. Hoy, con los avances de la tecnología, el abuso se da las 24 horas del día y los siete días de la semana, subiendo fotos y mensajes a Facebook, Twitter, Instagram, etc.; acorralando a las víctimas,” destacó Astudillo.

La investigadora de MIDAP finalizó la charla refiriéndose a los mejores mecanismos para prevenir el abuso, indicando que los últimos estudios dicen que cuando los compañeros no cuestionan los comportamientos agresivos, la intimidación se mantiene e incluso es reforzada. Por esto, señaló que ellos eran actores claves en la prevención. Al respecto, les solicitó firmar un compromiso para ser testigos activos y detener la violencia escolar.

“Comprometámonos a ser testigos activos. No cerremos nuestros ojos ante estos actos ni seamos cómplices con nuestra risa o silencio. Cuando vean a un estudiante que está siendo agredido, burlado, avergonzado, excluido intencionalmente, humillado o discriminado por otro estudiante, ya sea en persona o en línea, informen a un adulto responsable de su colegio o familia,” expresó la profesional a los adolescentes.