Niños y jóvenes escolares de nueve regiones del país, participaron de manera entusiasta en la Final Nacional de la Olimpiada Chilena de Informática que se realizó en la Universidad Técnica Federico Santa María organizada por la Corporación C100 y que contó con el apoyo del Núcleo Milenio de la Web Semántica, de la Iniciativa Científica Milenio y Synopsys.

Concentración y entusiasmo era lo que se respiraba en la Final Nacional de la Olimpiada Chilena de Informáticas, donde niños y jóvenes escolares de distintas ciudades de Chile resolvieron desafiantes problemas computacionales. 30 competidores de 9 ciudades distintas desde Arica hasta Pitrufquén de edades entre los 15 y 18 años fueron expuestos a un set de problemas que resolvieron durante cuatro horas mediante la programación de códigos.

“Programar códigos es la forma en la que se generan todas las aplicaciones del celular, los videojuegos, el correo electrónico, y los buscadores como Google. A diferencia de sólo usar el computador, con la programación podemos crear, desde música y animaciones, hasta aplicaciones que puedan ayudar a la medicina”, explica Jorge Pérez, investigador del Núcleo Milenio de la Web Semántica y académico de la Universidad de Chile.

Cabe destacar que la Final Nacional de la Olimpiada Chilena de Informática es una de varias etapas que contempla la Olimpiada, antes ya hubo talleres preparatorios, una competencia regional y posterior a esta competencia se seleccionará a los 10 mejores puntajes y se realizará con ellos un entrenamiento intensivo de verano en las próximas semanas, donde se les enseñara contenidos más avanzados de programación y algoritmos. Luego de esta instancia se realizará una nueva selección para ir a la Olimpiada Internacional de Informática 2017 que tendrá lugar en Irán.

Medalla de oro

El ganador de la competencia fue Nicolás Rodríguez de 17 años, estudiante del Instituto Nacional y que comenzó a programar motivado por la idea de crear su propio videojuego.

“Decidí asistir a los talleres de preparación de las Olimpiadas realizado por estudiantes de la Universidad de Chile. A lo largo del año nos reunimos todos los sábados y nos enseñaron cómo programar”, afirmó.

Y agregó que no pensaba que ganaría la Olimpiada: “Me sentí muy nervioso durante la competencia, no pensé que iba a ganar pues me sentía muy poco preparado. Cuando me di cuenta que iban mencionando los ganadores y que podía ser yo él que podía tener la medalla me emocioné un montón”.

Cabe destacar que en la Final Nacional de la Olimpiada Chilena de Informática aumentó la participación de niñas y adolescentes. Gabriela Andrade de 17 años y estudiante del Colegio Abraham Lincoln viajó desde Arica para participar en la final nacional.

“Ha sido una experiencia muy gratificante porque hemos conocido personas de nuestra edad e interese comunes”, afirmó.

Añadió que se sintió muy cómoda como mujer en la competencia: “Me siento representando a nuestro género y espero que con esta iniciativa se sumen cada vez más niñas y mujeres al mundo de la programación”.

Expandir horizontes

Los beneficios que obtienen los niños al participar en este tipo de instancias son variados pues algunos de los participantes anteriores de la Olimpiada Chilena de Informática han ingresado a universidades tradicionales, así como también algunos estudian en universidades de Estados Unidos o trabajan en Startups de Silicon Valley.

Así lo cuenta, Benjamín Aguilar (20), ex alumno del Instituto Nacional y actualmente estudiante de la prestigiosa universidad de Stanford de Estados Unidos.

“La OCI es una de las principales razones por las que yo creo que me aceptaron. En la postulación piden nombrar todas las actividades extracurriculares, y creo que mi participación en la IOI es una de las cosas más importantes que he hecho en mi vida. También gracias a todo lo que aprendí en la OCI el ramo de programación que estoy tomando actualmente se me ha hecho bastante fácil y en el futuro, espero que me ayude a encontrar trabajo”, señala.

Y agrega: “Al contrario que en Chile, saber programar es una habilidad súper valorada acá. Una de las carreras más populares es Computer Science y de verdad que aprender a programar desde el colegio ayuda mucho”.

Por su parte, Lucas Cabello, estudiante de Universidad de Chile, quien también participó en la OCI está realizando una pasantía en una startup que desarrolla productos en el área de inteligencia artificial.

“La Olimpiada Chilena de Informática me ayudó muchísimo para estar acá. Además de todo lo técnico que aprendí, me enseñó también cómo enfrentarme a problemas y esa habilidad la necesito todos los días acá en Estados Unidos. También conocí a muchas personas igual de interesadas que yo que van formando una comunidad de programación competitiva cada vez más grande en Chile, una comunidad que disfruta compartiendo su conocimiento”, asevera.

“Creo que la OCI es una muy buena experiencia para cualquier estudiante, independiente de si vaya a estudiar computación o no pues lo que se aprende es súper útil y en estos tiempos, más que nunca es importantísimo tener pensamiento computacional”, sostiene.

Visión que corrobora, Carlos Quijada, Profesor guía de jóvenes clasificados en la región del Bío Bío quien comentó los beneficios y habilidades que adquieren los niños en esta competencia: “Los chicos que participan en este tipo de actividades tienen bien desarrolladas habilidades lógico matemática y también una capacidad de abstracción”.

Y agregó: “Es importante que vengan de regiones pues descentraliza la actividad y si vuelven a sus lugares de origen como profesionales agregarán valor al desarrollo económico de la región”.

Finalmente, Jorge Pérez, investigador del Núcleo Milenio de la Web Semántica y académico de la Universidad de Chile comentó por qué es importante apoyar este tipo de actividades: “El Núcleo Milenio de la Web Semántica es el único en computación dentro de las ciencias. Nosotros creemos que es nuestra responsabilidad mostrarle en general a la sociedad que la computación está al nivel de las ciencias básicas”.

“Una de las formas de incentivarlas es promover que la computación y la programación sea un ramo escolar. Esto incentivaría a niños y niñas en edad escolar a que aprendan computación de verdad. No sólo a usar el computador y meterse a Facebook, sino darle instrucción al computador para que el computador haga lo que ellos quieran que haga. Esto se alcanza mediante la programación”, sentencia.

La Final Nacional de la Olimpiada Chilena de Informática forma parte del Programa de Proyección al Medio Externo de la Iniciativa Científica Milenio del Ministerio de Economía.