Alejandra Engler, directora alterna de CESIEP, y Roberto Jara, investigador joven del Núcleo, estuvieron la semana pasada en la sede de la OCDE en París, presentando el trabajo Evaluación de Impacto del Programa SIRSD-S (Sistema de Incentivos para la Sustentabilidad Ambiental de los Suelos Agropecuarios) junto a Patricio Riveros, encargado la Unidad de Evaluación del Programas y seguimiento de la productividad, de ODEPA.

Los representantes del Departamento de Comercio y Agricultura de la OCDE pudieron conocer los alcances socioeconómicos del Programa SIRSD-Sustentable implementado por el Ministerio de Agricultura de Chile, ejecutado por SAG e INDAP desde el año 2010 y que apunta a mejorar la calidad de los suelos agropecuarios, recuperando el potencial productivo de los suelos degradados y mantener los suelos ya recuperados, incorporando prácticas de conservación de suelos.

La conferencia mediante la cual los investigadores presentaron los resultados del estudio de impacto económico del SIRD-Sustentable entre 2010 y 2015 se tituló: “Cuando la evidencia científica ayuda a diseñar políticas públicas para mejorar la conservación de los recursos naturales: el Programa de Recuperación de Suelos Degradados en Chile” y reveló no solo un impacto económico positivo para los pequeños agricultores que utilizaron este incentivo, sino que un análisis del comportamiento de los campesinos beneficiados hacia las prácticas de conservación, comparando a beneficiarios con no beneficiarios.

Esta evaluación de impacto consideró una muestra de beneficiarios que abarca tres regiones del sur de Chile, que representan más del 50% del presupuesto del programa. Los modelos utilizados para estimar la adopción de estas prácticas incorporaron factores socioeconómicos, sociológicos e incluso sicológicos, y revelaron la influencia de las percepciones, el entorno social y la valoración de la conservación para que los pequeños productores agrícolas opten por incluir estas prácticas en su trabajo cotidiano. Además, se nota una mayor disposición en los beneficiarios a adoptar prácticas de conservación específicas, lo que se puede considerar como un efecto externo del programa.

Entender cómo se comportan los agricultores respecto a la conservación y, específicamente, hacia incentivos de políticas públicas es fundamental para ayudar a dar forma al programa dirigido a agricultores específicos e identificar acciones complementarias para mejorar el programa SIRSD-S, que hasta el momento ha beneficiado a 15 mil productores agrícolas desde su implementación.

Este estudio fue dirigido por la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura del Chile (ODEPA) y ejecutado por la Universidad de Talca (Departamento de Economía Agraria) en colaboración con la Universidad de Connecticut en Estados Unidos.