Con el fin de asistir a las madres con depresión que están privadas de libertad y favorecer el proceso de construcción de una relación de apego más segura con sus hijos, la Investigadora Adjunta de MIDAP, Dra. Marcia Olhaberry, capacitó y donó set psicoeducativo para ser empleado en los recintos penitenciarios.

Puedes encontrar la nota completa publicada en el sitio del Insituto Milenio MIDAP aquí. Nosotros quisimos ahondar más en esta temática a través de algunas preguntas.

¿Cómo nace esta iniciativa?

El Programa “Me siento bien, mi bebé también” fue creado, implementado y evaluado entre los años 2011 y 2014, en el contexto de un Proyecto Fondecyt de Postdoctorado. Su objetivo fue reducir la sintomatología depresiva materna y promover un vínculo de apego seguro entre la madre y su bebé y se implementó inicialmente con diadas madre- bebé atendidas en 5 consultorios de la Región Metropolitana.
Este año 2015 fui contactada por una de las psicólogas que trabajan en los Centros Penitenciarios Femeninos (CPF) de nuestro país, en el Programa de Atención para Madres Embarazadas o con hijos lactantes, recluidas, para solicitar una capacitación en el Programa “Me siento bien, mi bebé también”. Luego de este primer contacto, la iniciativa fue creciendo y extendiéndose a los CPF de regiones, para traducirse en una capacitación a 29 duplas profesionales de centros ubicados desde Arica a Aysen. Esta capacitación permitió un entrenamiento inicial y la entrega de materiales (manuales y kit de trabajo) para la implementación de intervenciones grupales en el embarazo y durante el primer año de vida del bebé. Durante el primer semestre del año 2016 las intervenciones se llevarán a cabo en los CPF en los que los profesionales capacitados trabajan. Posteriormente se realizará una supervisión del trabajo realizado y se evaluarán los resultados considerando la sintomatología depresiva, los niveles de estrés materno y el desarrollo infantil.

¿Existe una medición del procentaje de depresión entre las madres privadas de libertad? De ser así ¿Cuál es el porcentaje de madres con depresión en este contexto? ¿Difiere o de la realidad nacional?

Al respecto, Marcia nos entrega algunos datos obtenidos de un estudio realizado el año 2010 (previo a la existencia del Midap)  denominado “Prevalencia de trastornos mentales en personas recluidas en cárceles en Chile y necesidades de atención”, que llevó adelante el doctor Rubén Alvarado, académico de la Escuela de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

La muestra estuvo constituida por 1008 personas imputadas, procesadas o condenadas de siete cárceles, en las regiones de Valparaíso y Metropolitana y señaló entre sus resultados que un 26,8 por ciento de los encuestados presentó algún tipo de trastorno mental en los últimos 12 meses, siendo los más prevalentes los trastornos adictivos en un 12,6 por ciento, los trastornos de ansiedad en un 8,3 por ciento y los trastornos afectivos en un 8,1 por ciento. Al mismo tiempo, el estudió arrojó que los trastornos depresivos mayores eran significativamente más altos en hombres privados de libertad (6,1 por ciento) que en los pertenecientes a la población general (3,7 por ciento). Similar situación se repitió en el abuso de drogas ilícitas, el cual fue notoriamente mayor en hombres y mujeres privados de libertad (3,3 y 2,6 por ciento, respectivamente) que en hombres y mujeres de la población general (0,6 y 0,1 por ciento, respectivamente).

entrevista midap 2

Según los resultados un 26,8 por ciento de los encuestados presentó algún tipo de trastorno mental en los últimos 12 meses, siendo los más prevalentes los trastornos adictivos en un 12,6 por ciento, los trastornos de ansiedad en un 8,3 por ciento y los trastornos afectivos en un 8,1 por ciento. Al mismo tiempo, el estudió arrojó que los trastornos depresivos mayores eran significativamente más altos en hombres privados de libertad (6,1 por ciento) que en los pertenecientes a la población general (3,7 por ciento). Similar situación se repitió en el abuso de drogas ilícitas, el cual fue notoriamente mayor en hombres y mujeres privados de libertad (3,3 y 2,6 por ciento, respectivamente) que en hombres y mujeres de la población general (0,6 y 0,1 por ciento, respectivamente).

Aunque el Dr. Alvarado señala que la prevalencia de Trastornos Mentales (26,8 por ciento ) en la población recluida “es tan elevada como en la población general”, los casos son de alta complejidad, por la elevada comorbilidad y la frecuencia del riesgo suicida entre los internos, la cual es significativamente mayor a la población general.

Otro aspecto que advierte el especialista es la falta de diagnóstico al interior de las cárceles, pues aunque un 55,2 por ciento de los casos confirmados con algún tipo de trastorno habían recibido atención clínica, la frecuencia de identificación del problema de salud mental fue bajo, llegando solo a un 13,4 por ciento. “Lo que quiere decir que se identifican 1 de cada 4 de los que están consultando. Por lo tanto desde el punto de vista de los programas de salud mental, hay un desafío importante. Hay que fortalecer los equipos dentro de los recintos para mejorar el diagnóstico y resolución de los problemas”, señala el especialista.

¿De qué forma se desarrollaron las capacitaciones? ¿Cuál fue la periodicidad?

Se realizó 1 capacitación de 8 horas para las cárceles, las anteriores fueron para un equipo de psicólogas vinculadas a un proyecto anterior. El próximo año, cuando inicien la intervención, tendremos un nuevo espacio de supervisión

¿Cómo fue la acogida por parte de las profesionales de Gendarmería?

Muy buena, ya que no cuentan con estrategias de intervención específicas ni instrumentos, en cada penal trabajan conm las madres y bebés de modo muy intuitivo.

¿Existe una segunda etapa en este programa para las profesionales ya capacitadas?

La supervisión el próximo año

¿Cómo evalúas la experiencia?

Buenísima, es un grupo muy postergado en nuestra sociedad y es una forma de promover salud mental en las reclusas y hacer prevención en sus bebés.